Los investigadores de la Kitasato University, en Kanagawa (Japón) han hecho un estudio a personas de entre unos 60 y 80 años con enfermedades como diabetes, hipertensión o colesterol durante 24 horas y les pusieron un dispositivo para controlar las pulsaciones.
Los autores analizaron a unas 200 personas y vieron que las que tenían mascota presentaban una mayor variabilidad del ritmo cardíaco que las que no tenían. Esto significa que el corazón de los dueños de mascotas respondían mejor a las necesidades impuestas por los cambios corporales, como la de latir más rápido durante una situación de estrés. Una reducida variabilidad en el ritmo cardíaco está relacionada con un mayor riesgo de morir de una enfermedad del corazón.
Para los dueños de animales, cerca del 5 % de sus latidos se diferenciaban en 50 milisegundos de duración. Para quienes no tenían mascota, esta tasa fue del 2,5 %, lo que significa que su ritmo cardíaco cambiaba menos.

Se desconoce por qué existe esta diferencia entre los dos grupos. Podría estar relacionada, de algún modo, con la mascota o podría estar relacionado con la conducta de las personas y que las que tienen mascosa sean mas vitales o lleves un ritmo de vida menos sedentario y por lo tanto que existieran diferencias entre las personas que eligen tener un animal en casa y las que no.

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